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Trabajo en equipo

En un mundo cada vez más duro y egoísta, donde las sociedades en su afán de tener y no de ser, es muy fácil perder la capacidad de soñar.

Solo aquellos que conservan sus anhelos intactos, son capaces de sobrepasar las adversidades más profundas conservando siempre la esperanza del éxito.

Queremos contarles nuestra historia.

Hace algunos años atrás, después de casarnos, entendimos que la máxima expresión de amor, no estaba inmersa en viajes, regalos, cosas que de una u otra forma en la línea de tiempo perderían su relevancia, antes por el contrario, comprendimos que lo más hermoso era la posibilidad de prolongar nuestra existencia y de complementar todo este amor con un nuestro hijo (a)

Comenzamos esta travesía, cumpliendo con lo que la Naturaleza ha dictado, en los tiempos y formas debidos, pero nos dimos cuenta que algo extraño sucedía porque por más intentos realizados las cosas no se daban. Era inevitable no sentir tristeza y frustración y si a eso le sumamos la presión social y los comentarios mal intencionados de quienes no comprenden lo duro que es no poder lograr el objetivo, entonces era más difícil sobre llevar la carga.

Tomamos la decisión de buscar ayuda y visitamos varias opciones, cada una ofrecía técnicas, tecnología y prometían resultados, sin embargo ninguna, absolutamente ninguna tenía lo que necesitábamos. Al ver que nada de esto funcionaba, nos desmotivamos y hasta contemplamos la posibilidad de desistir completamente de nuestro proyecto, pero  Dios en su infinita misericordia nos escuchó y lo supimos, porque alguien muy cercano a nosotros nos habló de un sitio, donde el Milagro de la vida era posible y donde el amor, el apoyo y el optimismo eran altamente contagiosos.

Al principio tuvimos dudas, pues los golpes de la vida van dejando cicatrices, pero al llegar a INSER vimos que las cosas si puede ser distintas, vimos que no se trata de dinero, si no, de consolidar sueños.

Desde el primer día que llegamos, vimos el Milagro del apoyo, sentimos como una nueva familia nos acogió y nos adoptó como suyos, mucho más allá de los trámites legales económicos, nos dieron esa voz de aliento que tanto buscamos por muchas partes y que no llenaban ese vacio.

En InSer comprendimos que no se trata de cuánto tienes o que puedes obtener con dinero, en InSer se trata de cuánto puedes lograr con amor, respeto, disciplina y unión, también entendimos que todos los miembros del equipo por más tecnología que exista siempre colocan su trabajo en las manos de Dios.

Es por eso que decimos que esto que fue un sueño y que hoy es una realidad se llama “El milagro de la vida y el milagro del apoyo”

Gracias a Dios por la vida y gracias a InSer por el apoyo.

¡Hoy podemos decir que somos PAPÁS!

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