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Milagro de vida

Buenas tardes, como sé lo que motivan estos mensajes para quienes están tratando de conseguir un bebe, me atrevo a contar con mucho cariño mi testimonio de haber logrado el embarazo tan deseado.

Pues bien, esta es la historia de Angie y Juan:

Somos una pareja joven con doce años de relación aproximadamente, los últimos 6 en matrimonio. Nunca nos cuidábamos ni planificamos, pues ambos teníamos deseos de ser padres en cualquier momento en que Dios así lo considerara. Desde que nos casamos comencé a hacer mis consultas prenatales y me hice muchos exámenes para verificar que me encontrara en optimas condiciones para concebir, luego le tocó el turno a mi esposo y después de un sencillo y superficial espermograma detectaron un varicocele que tal vez estaba impidiendo que lográramos ser padres. Fue por esto que consultamos un urólogo que posteriormente operó a mi esposo asegurándonos que máximo en seis (6) meses yo quedaría en embarazo, cosa que no ocurrió. Consultamos un par de urólogos más que mandaban tratamientos a mi esposo para lograr una mejor movilidad de sus espermas pero sin lograr ningún resultado positivo, lo cual generaba mucha ansiedad, frustraciones e incertidumbres y lógicamente hizo tambalear la relación.

Gracias a Dios y después de muchas consultas sin mayores esperanzas me contacté con un gran amigo, especialista en fertilidad humana el doctor Juan Gabriel Martínez, con quien por la confianza y la amistad hacíamos consultas por llamadas telefónicas y a través de mensajes de WhatsApp se le enviaban los exámenes que nos pedía, pues en esa época él se encontraba en Medellín y nosotros vivimos en Cartagena. Luego de verificar todos nuestros estudios, diagnosticó una condición en mi esposo llamada oligozoospermia que hace referencia a casos en los que el semen tiene poca calidad: una baja cantidad de espermatozoides, y es uno de los hallazgos más frecuentes en los casos de infertilidad masculina.

Por supuesto, cuando nos enteramos de eso el mundo se nos vino encima, tuvimos depresión, lloramos demasiado y hasta nos sentimos desesperanzados porque lamentablemente en Cartagena no existía un lugar especializado que nos orientara sobretodo cuando nos decían que las probabilidades de concebir de manera natural se reducían a un 1%, incluso  otros médicos nos sugirieron la donación de espermas, tema que aunque respetable, no estaba en nuestros planes, queríamos hijos propios y fruto de nuestro amor y esfuerzo. Se sumaba a nuestra ansiedad que yo empecé a complicarme en mi salud y debía someterme a una laparoscopia exploratoria para retirar unas adherencias que al parecer  atrofiaron uno de mis ovarios. Hoy lo veo como “Nada del otro mundo”, pero que en ese momento de  incertidumbres se convertía en un obstáculo más para nosotros que nos sentíamos tan frustrados en nuestro deseo de ser padres, y donde el tiempo juega un papel importante, ya que me encontraba en el límite de la edad fértil de la mujer y el problema de mi esposo podía empeorar.

Afrontar un tema de infertilidad no es nada fácil para nadie, gracias a Dios estuvimos siempre en muy buenas manos, nuestro medico era además nuestro amigo, nos habló de InSer y de que próximamente abriría sus puertas en Cartagena, pero lo mas importante era que nuestras posibilidades de lograr nuestro sueño se incrementaban de un 1% a un 95% con uno de los tratamientos que allí nos podían ofrecer y el que particularmente nos servía a nosotros era a través de la fertilización invitro con icsi, una técnica especializada de reproducción asistida en la únicamente se requeriría de un espermatozoide en óptimas condiciones para ser fecundado con mis óvulos. El proceso no se veía nada sencillo, pero al ver que nuestras probabilidades se incrementaban en un 95% valía la pena arriesgarse a todo!!

Iniciamos las consultas en Cartagena y todo el tratamiento de inducción a la ovulación, cuando estuve lista, viajamos todos a Medellín, (incluido el médico) a realizar la captación de mis óvulos, toma de muestra de mi esposo y posterior transferencia embrionaria.

Debo confesar que cuando llegamos por primera vez a la clínica nos sentimos como en familia, todos nos recibieron como si nos conocieran de toda la vida, con aquel cariño, afecto, amabilidad, respeto, pero sobre todo comprensión, es una calidez que jamás olvidaremos, todos vivían nuestra emoción y nos motivaron mucho desde el primer día. Lo más emocionante, era saber que no éramos los únicos con ese mismo propósito, que el tema de la infertilidad es más común de lo que parece, pero que si llegas a las manos indicadas puedes lograr muchas cosas positivas.

A pesar del factor severo de mi esposo, logramos 5 embriones de buena calidad en nuestra primera captación según nos confirmaban los especialistas, de hecho en la primera transferencia logramos un embarazo bioquímico, que aunque ahora lo confieso, fue frustrante y lamentable, nos motivó a continuar sin desfallecer, sabíamos que lo lograríamos la fe nos la había regalado Dios que nos puso personas maravillosas en nuestro camino, lo que no sabíamos era cuándo exactamente sucedería, lo importante era que seguiríamos intentándolo.

Luego de eso hicimos dos transferencias más, sin obtener el tan anhelado positivo, hasta nos quedamos sin embriones del primer ciclo, pero gracias al programa de 4 ciclos teníamos muchas mas opciones, y hasta la segunda captación un bello embrioncito que se formó y fue transferido en su día 5 nos regaló la primera prueba positiva a los doce días que habíamos esperado por tantos años!!!

Después de lograr este embarazo, los controles continuaron en Inser Cartagena, donde escuchamos por primera vez el corazoncito de nuestra bebe latir y ello siguió hasta la semana 12 de manera permanente con nuestro médico el Doctor Juan Gabriel Martínez; sin embargo, hoy con 32 semanas, puedo decir, que tanto él como la clínica en general han estado muy pendientes de todo nuestro proceso y a la espera de que nazca nuestro más valioso tesoro Abigail, que no ha nacido, pero que tiene a toda nuestra familia cargada de sentimientos hermosos y de alegría. Hoy estamos seguros que seremos padres no solo de ella, pues tenemos cuatro embrioncitos congelados esperándonos para completar nuestra felicidad y darle a ella mínimo un hermano.

Después de todo este camino, no tengo sino palabras de agradecimiento, con Dios, con InSer tanto Sede Medellín como Cartagena, y sobre todo con nuestro doctor Juan Gabriel Martínez, porque hoy esperamos ilusionados y muy felices a nuestra pequeña.

Esta foto que les envío, es solo un pedacito del esfuerzo, del sacrificio, pero más que eso, el amor, la constancia y la determinación que tuvimos cuando decidimos buscar a nuestro retoño fruto de nuestro ser, confirmando que Dios emplea la ciencia para hacer grandes cosas a la humanidad y que bueno que existan personas valiosas que la desarrollen para alegrar corazones. Buscar a nuestra bebe ha sido nuestro mejor regalo y nuestra mejor decisión!!! Creemos, que si la hubiéramos concebido de manera natural, como lo pedíamos, no valoráramos tanto el milagro de la vida.

Espero que este mensaje llene de esperanza y valentía a muchos papitos que como nosotros anhelábamos ese milagro, que los ayude a no desfallecer, y a seguir intentándolo las veces que sea necesario. Gracias por todo!!

Atentamente,

Angie y Juan.

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