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¿Cómo enfrentamos la posibilidad de no ser papás?

“No es fácil enfrentarse a la posibilidad de no poder cumplir el sueño de realizar una familia, pero si podemos evitar que esa dificultad se nos convierta en un problema más complejo y difícil de manejar.”

Cuando éramos niñas pasamos muchas horas jugando a ser mamá. Teníamos cocina, ropa, pañales, teteros, cobijas y más. Éramos unas madres estrictas, que regañaban a sus muñecas cuando se negaban a comer y que peinaban con amor esas largas cabelleras de plástico.

Aunque crecimos y nos alejamos de esas protagonistas de nuestra infancia, el sueño de dar todo el amor y los cuidados a un pequeño ser permaneció en muchas de nosotras. Encontramos a alguien que consideramos el indicado para realizar ese sueño, nos casamos y decidimos formar una familia. Nadie nos dijo que quedar en embarazo podría ser una tarea difícil y como nunca lo imaginamos, tampoco nos preparamos para enfrentar ese obstáculo de la mejor manera.

¿Qué pasa con nuestra vida de pareja cuando tenemos dificultades para engendrar un hijo?

Cuando nos percatamos de que lograr ese sueño de ser padres no será tan fácil aparecen una cantidad de sentimientos encontrados, cuestionamientos, dudas, miedos y sobre todo, mucha frustración.

Aparecen unas ideas fantasma que rondan nuestra cabeza y nos atormentan a diario: nos culpamos, pensamos que nuestro matrimonio se va acabar, que la vida en pareja ya no tiene sentido, que si no podemos ser padres todo se vendrá abajo. Nos agobiamos debajo de los miedos y las suposiciones y esa frustración de no poder ser padres se convierte en la causa de nuevos problemas y dificultades.

Estas reacciones terminan por afectar la comunicación de la pareja, pues cada uno vive su proceso de una manera diferente y ante la avalancha emocional es difícil establecer puntos de encuentro. Se aumentan las fisuras y las diferencias y comienza a perderse ese vínculo que nos unía como pareja y la ilusión de lograr juntos lo que nos proponemos.

Buscar un hijo se convierte en el único objetivo y sin darnos cuenta esto consume nuestra tranquilidad. La vida sexual se ve especialmente afectada, pues eso que antes nos proporcionaba placer, gozo y disfrute al lado de nuestra pareja, se convierte en una tarea. Ya no hacemos el amor con espontaneidad sino que lo programamos, marcamos las fechas y las horas y cumplimos el cronograma como si se tratara de una obligación.

No es fácil enfrentarse a la posibilidad de no poder cumplir el sueño de realizar una familia, pero si podemos evitar que esa dificultad se nos convierta en un problema más complejo y difícil de manejar.

Por eso es muy importante que en ese proceso de perseguir el sueño de convertirnos en padres, contemos con apoyo psicológico. Esto nos ayudará a entendernos a nosotras mismas, trabajar en nuestras propias frustraciones, dolores y miedos para luego encontrarnos con el otro, unir esfuerzos y así, conseguir juntos el objetivo.

Identificar y compartir nuestros sentimientos es un gran ejercicio, éste nos permitirá liberarnos y nos ayudará a escucharnos. Escribir sobre ese remolino de sentimientos que sentimos dentro sirve para que ordenemos nuestras ideas y para desahogarnos.

Hablemos del tema con personas diferentes a tu pareja, recibiremos consejos y aportes de quienes ven la situación desde fuera. Si tenemos la oportunidad de hablar con una pareja que haya atravesado la misma situación, seguro se convertirán en una gran guía, pues nadie podrá entendernos mejor.

Dejemos de culparnos, los problemas de fertilidad no son una condición de la que alguien deba sentirse responsable. Es mejor concentrarnos en el futuro y en asumir de la mejor manera esta situación inesperada.

Aunque puede ser difícil lograrlo, debemos tener un control y evitar que nuestras vidas giren única y exclusivamente alrededor de la búsqueda del bebé. No dejes de hacer lo que te gusta, tanto en soledad como en pareja, sal a pasear, ve al cine, duerme hasta tarde o pásate por un spa, lograrás despejar tu mente y mantener tu vida en equilibrio.

Tú y tu pareja decidirán cómo será el camino. Recuerda que la orientación psicológica es tan importante como la orientación médica a la hora de buscar un embarazo, pues te ayudará a ver las situaciones desde otra óptica, te permitirá entenderte tanto a ti como a tu pareja y será un gran apoyo para los momentos de angustia, tristeza y desazón.

Nunca dudes del poder que las emociones tienen sobre tu cuerpo, verás que una vez que logres comunicarte con tu pareja y sincronizarte con ella en el mismo tono, las posibilidades de éxito aumentarán y disfrutarás del proceso en lugar de padecerlo.

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